Barack Hussein Obama. Desde el pasado Martes, éste es el hombre con más poder ejecutivo sobre la Tierra. No en vano, presidirá la mayor potencia económica y militar del mundo y la 2ª tecnológica, y le pese a quien le pese, Estado Unidos, es a día de hoy, la nación más poderosa de cuantas existen. Tras 8 años de una más que discutible administración Bush, la crisis económica, se ha llevado por delante a los republicanos que, a pesar de no contar con un mal candidato, no ha sabido conectar del todo con sus bases y nunca ha transmitido esa unión hacia los valores conservadores que llevaran a Ronald Reagan a ganar en los 80, por mas de 500 delegados, a sus rivales.
Obama se ha convertido ya en mito mucho antes siquiera de que comience su mandato. Aparte de que sea el primer presidente afroamericano (a medias) de la historia y todo lo que ello significa, su figura ha sido engrandecida hasta niveles mesiánicos por sus seguidores. Sus discursos retóricos plenos de buenas palabras pero vacíos de contenido real han encandilado no sólo a aquellos americanos que se dicen demócratas, sino a una gran parte de la progresía antiamericana europea, que suspiraba hace escasos meses por la caída de este imperio del S.XX y XXI.
Aparte de que mis convicciones me lleven a estar más cerca de los valores defendidos por los republicanos (con lo que la distancia conlleva), no pudo entender ni entenderé nunca esa fe ciega en una persona, mejor dicho, en un político, que no ha demostrado absolutamente nada. No se le conoce ninguna iniciativa legislativa en su etapa como senador de Illinois y se ha demostrado ya como hace un uso partidista de su condición irreal de afroamericano. Para el que no lo sepa, ya que esto no interesa contarlo en España, Obama pasó su juventud en las agradecidas playas de Hawaii, criado por su abuela blanca, hija de la gobernadora del Banco de Hawaii, es decir, no precisamente pobres. Al trasladarse a Chicago frecuentó en múltiples ocasiones la iglesia de un pastor negro racista que abogaba por la superioridad de la comunidad negra ante los blancos. Éste pastor influyó hasta tal punto en su vida que llegó a ser su director espiritual, pero al comenzar el proceso electoral, él dijo que apenas tuvieron relación. Y así podría contar alguna historia más de este nuevo "salvador".
Desde un primer momento mantuve y mantengo, la teoría de que Obama es un producto, una marca que quieren que compremos y sin la cual no podríamos vivir. Los hilos de esta marioneta son movidos con la intención de devolver el poder a un sector de la población americana que sabe que le es muy difícil de conseguir ya que esa gran nación es en su mayor parte, y a la historia me remito, conservadora. Los vientos le eran favorables, los famosos, el dinero, la prensa y la situación mundial; y aún así solo ha ganado por un 6% de los votos a un hombre de 72 años.
Y es ahora donde viene mi parte favorita. Estados Unidos nunca será lo que Europa le gustaría que fuera; la socialdemocracia nunca se impondrá y los valores nacionales, la libertad individual y el libre mercado seguirán siendo los abanderados de este país. Podrán cambiar algunas cosas, algunos detalles, pero ese "change" que ha repetido Obama hasta quedarse afónico no será profundo ni revolucionario. Quizá por esto, por la inmovilidad de los valores fundamentales, EEUU está donde está y países como España, enfrentan a los herederos de los muertos de guerras de hace 70 años.
En EEUU, no hay jornada de reflexión ni se asaltan sedes el día antes de las elecciones, hay atentados y el pueblo se pone del lado del gobierno mientras los medios de comunicación apelan al patriotismo y al sentimiento de nación. La historia juzgará si Obama nos engañó a todos o fue un buen presidente; si sus palabras bonitas se quedaron sólo en eso o de verdad hizo un mundo mejor. De momento, yo me mantengo expectante, esperando a que un día alguen me diga "what is what we can".
sábado, 8 de noviembre de 2008
El Mejor Piloto
¡Vaya final de Mundial de F1! Lewis Hamilton consiguió en la última curva, de la última vuelta, del último GP, un título que, no por ajustado, no fuera merecido. Ha sido el que menos errores ha cometido y el que mejor ha gestionado el binomio coche/piloto. Por muy mal que me caiga, hay que reconocer que de los 4 pilotos de McLaren y Ferrari ha sido el mejor y tras 18 carreras, su título es merecido. Ha sido un año de muchos errores provocados por la gran cantidad de carreras en mojado que ha habido y por los cambios en la reglamentación que conllevaron la ausencia de ayudas electrónicas en los coches. Como dato, podemos decir que los dos años que ganó Alonso el Mundial, consiguió al final más de 130 ptos, mientras que en esta temporada, Hamilton se ha proclamado campeón con tan sólo 98. Massa dio la cara hasta el final y de hecho cruzó la última línea de meta como Campeón del Mundo, aunque despertara del sueño en apenas 15 segundos. Tiene mucho menos talento que Hamilton o Raikkonen, pero su capacidad de trabajo y concentración le llevaron a pelear hasta el último kilómetro. El equipo Ferrari, que se encontró con un mundial regalado el pasado año, lleva ya 4 temporadas consecutivas sin dominar el Gran Circo. Deberían preguntarse si los pilotos que tienen en la actualidad son merecedores de llevar su mono rojo. Y no lo digo por Massa, sino por su otro piloto que esta temporada ha ido literalmente arrastrándose por los circuitos sin motivación aparente por competir. Y entonces, ¿con quién podrían contar?.
La respuesta es sencilla: con el mejor piloto de la parrilla. Fernando Alonso. Tiene que ser muy duro para un bicampeón del mundo acostumbrado a las victorias, las poles y los podios, el verse cada fin de semana luchando por entrar en los puntos, en el mejor de los casos, o apenas por mantener una décima posición. El comienzo de temporada fue muy duro. El R28 iba realmente mal y Alonso se encontraba en cada GP sudando tinta para entrar en la Q3. Esta desesperación le llevó a cometer algunos errores, como en Mónaco cuando embistió a Heidfled, y provocó que muchos se olvidaran ya de que este chico ha sido el que más gloria ha dado a la historia del motor español.
Afortunadamente las cosas cambiaron y Alonso supo transmitir a los ingenieros de Renault la manera de modificar un coche perdedor en otro que se pareciera someramente a uno ganador. Además, el equipo sabía que tenía que apretar ya que a Alonso le llovían "novias" y con estos resultados no permanecería con ellos un año más. Hubo algunos cuartos puestos y la sensación general de que se había avanzado mucho, hasta que llegó el gran día. Con nocturnidad, una pizca de suerte y dosis inmensas de talento al volante, Fernando Alonso volvió a ganar en el GP de Singapur. Un Safety Car tras el accidente de Piquet, despejó el camino al español hacia una victoria que se le resistía desde el GP de Italia de 2007. Pero que nadie se engañe, sin el coche de seguridad no habría ganado, pero con el coche de principio de temporada tampoco lo habría hecho estando en esa misma situación. Y así es Alonso, para que todos aquellos escépticos volvieran a confiar, tuvo que volver a ganar dos semanas depués en Fuji. Ahora ya sin coches de seguridad, ni accidentes y por delante de Kubica y Raikkonen, Fernando demostró que sigue vivo, que sigue con hambre de ganar y que sigue siendo, sin duda, el mejor piloto.
Hace muy pocos días, anunciaba su decisión de seguir un año más en Renault. Me parece perfecto. El año que viene volverá a haber muchos cambios en la reglamentación (ruedas, motores...) y no se sabe en que lugar estará cada equipo. Renault terminó muy bien la temporada y ya se ha dicho que para el año que viene se espera un gran coche. Sería estupendo volver a ver ganar a Alonso y pelear por el Mundial desde el principio. En cualquier caso, tenga el coche que tenga, Alonso volverá a demostrar su frialdad al volante, su capacidad para medir los tempos de las carreras y en definitiva volverá a enseñar al mundo que su sitio está con los mejores. McLaren no quiso que les regalara una época gloriosa, quiero pensar que Ferrari no cometerá el mismo error. Fernando es el mejor, lo ha vuelto a demostrar, y como tal, su sitio está con los mejores.
La respuesta es sencilla: con el mejor piloto de la parrilla. Fernando Alonso. Tiene que ser muy duro para un bicampeón del mundo acostumbrado a las victorias, las poles y los podios, el verse cada fin de semana luchando por entrar en los puntos, en el mejor de los casos, o apenas por mantener una décima posición. El comienzo de temporada fue muy duro. El R28 iba realmente mal y Alonso se encontraba en cada GP sudando tinta para entrar en la Q3. Esta desesperación le llevó a cometer algunos errores, como en Mónaco cuando embistió a Heidfled, y provocó que muchos se olvidaran ya de que este chico ha sido el que más gloria ha dado a la historia del motor español.
Afortunadamente las cosas cambiaron y Alonso supo transmitir a los ingenieros de Renault la manera de modificar un coche perdedor en otro que se pareciera someramente a uno ganador. Además, el equipo sabía que tenía que apretar ya que a Alonso le llovían "novias" y con estos resultados no permanecería con ellos un año más. Hubo algunos cuartos puestos y la sensación general de que se había avanzado mucho, hasta que llegó el gran día. Con nocturnidad, una pizca de suerte y dosis inmensas de talento al volante, Fernando Alonso volvió a ganar en el GP de Singapur. Un Safety Car tras el accidente de Piquet, despejó el camino al español hacia una victoria que se le resistía desde el GP de Italia de 2007. Pero que nadie se engañe, sin el coche de seguridad no habría ganado, pero con el coche de principio de temporada tampoco lo habría hecho estando en esa misma situación. Y así es Alonso, para que todos aquellos escépticos volvieran a confiar, tuvo que volver a ganar dos semanas depués en Fuji. Ahora ya sin coches de seguridad, ni accidentes y por delante de Kubica y Raikkonen, Fernando demostró que sigue vivo, que sigue con hambre de ganar y que sigue siendo, sin duda, el mejor piloto.
Hace muy pocos días, anunciaba su decisión de seguir un año más en Renault. Me parece perfecto. El año que viene volverá a haber muchos cambios en la reglamentación (ruedas, motores...) y no se sabe en que lugar estará cada equipo. Renault terminó muy bien la temporada y ya se ha dicho que para el año que viene se espera un gran coche. Sería estupendo volver a ver ganar a Alonso y pelear por el Mundial desde el principio. En cualquier caso, tenga el coche que tenga, Alonso volverá a demostrar su frialdad al volante, su capacidad para medir los tempos de las carreras y en definitiva volverá a enseñar al mundo que su sitio está con los mejores. McLaren no quiso que les regalara una época gloriosa, quiero pensar que Ferrari no cometerá el mismo error. Fernando es el mejor, lo ha vuelto a demostrar, y como tal, su sitio está con los mejores.
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