Dijo una vez una de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos: "Está muy bien ganar ligas, pero aquí la que importa es la de las orejas". Ese jugador era Alfredo Di Estéfano y se refería a la Copa de Europa de clubes.
El Real Madrid ha vivido (y todavía sigue viviendo) uno de los periodos más convulsionados de toda su historia, tanto deportiva como, sobre todo, institucionalmente. Si lo pensamos fríamente en el Real Madrid no ha habido "paz" social ni deportiva, desde que se marchó Florentino, e incluso, diría yo, desde que Vicente del Bosque y Fernando Hierro fueron "expulsados" el mismo día que el Real Madrid ganaba su 29ª liga. Presidentes, entrenadores, malos fichajes y para colmo, escándalos de fraude en elecciones y asambleas han marcado la agenda diaria del mejor club del mundo del S.XX durante los últimos años.
Desde este mismo blog ya se criticó a Ramón Calderón mucho antes de saber su afición a coaccionar accionistas dejando vía libre a los ultrasur o a amañar votaciones "invitando" a amiguetes a que levanten sus papeletas, por tanto, no invertiré más tiempo en desacreditar su labor como gestor. Deportivamente me quedo con las dos ligas ganadas y con los fichajes de Higuaín y Robben, pero con nada más. La alegría por su dimisión duró hasta el momento en que el nuevo presidente (de la cuerda de Calderón) dijo que hasta Junio no habría elecciones, es decir, que la alegría duró poco, pero algo es algo.
Si a todo esto, le unimos el temporadón que está realizando el F. C. Barcelona y el errático inicio deportivo, que a los mandos del amable Schuster, tuvo el equipo cualquier mortal que sienta medianamente los colores blancos, podría concluir que lo mejor es pasar página, no leer los periódicos y que en Agosto empezará otra liga. Y no le faltaría razón, salvo por un detalle. La gestión más desastrosa, el juego más aburrido, el entrenador más incapaz y la directiva más corrupta pasarían a un segundo y, quizá inexistente, plano si el Real Madrid consiguiera esta temporada ganar su 10ª Copa de Europa. Entiéndanme bien, soy de la opinión de que debería haber un alineamiento de los astros para que el Madrid levantara este año la Champions League, lo que quiero decir, es que esta competición es tan grande que esta noche millones de madridistas nos olvidaremos de todo lo que ha ocurrido hasta hoy para concentranos delante de los televisores y desear con todas nuestras fuerzas que ganemos al Liverpool y que el sueño de la Décima aún siga siendo posible.
El Real Madrid es tan grande porque ha ganado tantas veces...en Europa; de lo contrario todo sería diferente. La importancia de este equipo radica en un presente siempre combativo, luchador y ganador, pero lo que lo diferencia de todos los demás es su pasado, su historia de grandeza. En absoluto un club como este merece las personas que lo están gestionando, pero al final esto es fútbol, y esto va de ganar títulos.
Hoy el Madrid debe ser el de las grandes ocasiones, el de la final de Amsterdam del 98, el de Manchester en el 2000, el de la final de Glasgow. No será fácil, ni mucho menos, pero debe recordar que su escudo es una marca registrada de triunfos y que la Copa de Europa es SU torneo. Ya lo dijo Di Estéfano, la de las orejas, todo lo demás en el Real Madrid, es secundario.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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1 comentario:
Hay que ver lo rápido que se queda obsoleta la "actualidad".
Mal partido del Madrid, tampoco diría horroroso (el resultado no fue justo), pero que en cualquier cosa ponen más que cuesta arriba la clasificación para Cuartos de Final. Escribía ayer al final de la entrada, que el Madrid debía ser el de las grandes ocasiones. En Liverpool deberá ser el de las grandísimas ocasiones...
Todo indica a que un año más fuera en Octavos y ya van...
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