viernes, 22 de febrero de 2008

Esperpento

En este contexto tan sumamente marcado por el comienzo de la campaña electoral, un hecho insólito relacionado con el mundo del deporte se producía en nuestro país. El seleccionador nacional, Luis Aragonés y el jugador del Real Madrid, Raúl González, ¡daban una rueda de prensa conjunta en la Ciudad del Futbol de Las Rozas! Sin duda, fue una situación digna del mejor esperpento de Valle-Inclán.

Qué personaje este Aragonés. "Si no llegamos a semifinales del Mundial, me marcho". Nos eliminaron en octavos, y ahí sigue. Entre "culos pelaos", "pelos de gamba" y demás chascarrillos lo tiene todo hecho. La selección ha dado una imagen, en mi opinión, mala durante la fase de clasificación para la Eurocopa y ya no sólo es la parte deportiva, que es muy importante; sino es la situación general. Cada rueda de prensa, cada entrevista de este señor es un show, un circo, una actuación más propia del Club de la Comedia que de un representante de nuestro país. Porque no nos olvidemos que el fútbol ya hace mucho tiempo que traspasa todas las fronteras; por tanto, pocos embajadores tendrá más importantes nuestro país, que el seleccionador del equipo de fútbol.

Otro que también era embajador (pero éste de los buenos) era Raúl. Confidente de Luis en un principio y piedra angular de la selección eterna aspirante a "hacer algo". La eliminación del Mundial fue un golpe en la boca del estómago de nuestro fútbol y el aturdimiento nos duró hasta bien comenzada la fase de clasificación. El verdadero cáncer de la Federación, su presidente, Ángel María Villar, en vez de cesar al entrenador (porque sabía que si echaba a Luis, el siguiente necesariamente tendría que ser él) optó por dejarle en el cargo; y el seleccionador cargó las culpas sobre otro. Raúl ha ido convocado a muchos partidos de la selección cuando deportivamente no lo merecía; por actitud y por liderazgo lo merece siempre, pero bien es cierto, que no por fútbol ¿Cuál fue el problema? Que en el momento que Luis lo dejó de llamar, Raúl, cual Ave Fénix, pareció resurgir de unas cenizas que algunos creían muy apagadas.

Si en ese momento Luis Aragonés hubiera reconocido su error y hubiera vuelto a llamar a Raúl no se habrían producido los hechos tan lamentables de los últimos meses al respecto de este tema. Aficionados coreando su nombre en los partidos de la selección, peleas violentas con periodistas y por último una rueda de prensa conjunta donde el seleccionador aprovecha para decir que él no tiene culpa de nada y que todo es un montaje de la prensa pro-Raúl y contra-Luis. Al igual que España no se merece un Gobierno que mienta y por eso no se merece a los socialistas; los Iniesta, Cesc, Casillas, Sergio Ramos y todos los aficionados no se merecen un señor como seleccionador más preocupado de pelearse hasta con su sombra y salir aparentemente victorioso de cada confrontación que él mismo provoca, que de llevar a nuestra selección a cotas, por desgracias, hasta ahora no alcanzadas.

Raúl merece estar en la Eurocopa. Es el capitán de un barco que lleva mucha gente dentro y donde se ponen en juego muchas pasiones. Villar y Luis llegará un día en que no estén, pero la ilusión de la gente por ver a ganar a su país nunca pasará. Y esto hay algunos que no lo quieren ver.


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